¿También esto NO es orar?
Continuamos hoy con los otros preconceptos incorrectos que solemos tener acerca de la oración.
- La oración no busca manipular a Dios
La oración puede ser sincera; pero, a veces es guiada por intereses egoístas y erróneos. Todo tiene su momento y lugar, con el fin de agradar a Dios. Así que la oración se fundamenta en la aceptación por nuestra parte de la voluntad de Dios, pues es el la única fuente de los milagros como respuesta a las oraciones de confianza depositadas en Él.
Entrega al SEÑOR tu vida; confía en él y Dios actuará.
- La oración no es autosuficiente
Basar la respuesta de Dios en la respuesta a nuestros méritos es un error, puesto que niega nuestra capacidad de ver nuestra verdadera necesidad. Al permitir la autosuficiencia, nos volvemos independientes de Dios, y dependientes de nuestra propia fortaleza.
La oración debe llevarnos a un diagnóstico real de nuestro interior delante de Dios. Solamente el conoce nuestro corazón. Dependemos de Dios y no de nosotros mismos, en lo que somos o hacemos. La oración dependiente de Dios, trae resultados más allá de nuestros pensamientos y expectativas.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no estribes en tu prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
- La oración no se limita.
No podemos limitar la oración solamente a situaciones de necesidad apremiante, o a ciertos tiempos y lugares. Esta debe ser insistente y persistente, hasta poder ver y entender la voluntad de Dios puesto que la finalidad máxima de la oración es tocar el corazón de Dios. El mejor ejemplo es la oración de Pablo por su necesidad; por el aguijón en la carne que le atormentaba; pero, cuando entendió la voluntad de Dios su oración cambió. Aquí entendemos la demanda de orar a Dios en todo tiempo.
No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo
- La oración no es vacilante
Al estar ante Dios no debemos vacilar en nuestra fe, ni dejarnos estorbar o intimidar por nada. El equilibrio de la oración está en la fe y la constancia. Un cristiano estable, es aquel que camina por fe y que confía en Dios cuando ora. Por tanto, al acercarnos a Dios en oración, no se puede dudar en lo que se pide, y es fundamental creer que Dios puede hacer más allá de lo que nuestra oración significa en tiempo y en circunstancias.
El mejor ejemplo de una oración efectiva fue la Pedro, corta en palabras, y contundente en su respuesta; El dijo: «Sálvame» ( Ver Mateo 14:30); luego Jesús mismo lo confronto acerca de su incredulidad y falta de fe. Lo admirable de Pedro, fue que su clamor determinado hizo que Jesús lo rescatase. La oración constante no implica falta de fe, es la tabla de salvación que permite a Dios hacer milagros.
Oren en todo momento.
Permanezcan alegres en la esperanza que tienen, soporten las pruebas que se presenten, y no dejen de orar.
- La oración no es circunstancial
La oración no está sujeta a las circunstancias. No se desconoce que hay circunstancias que motivan a orar, pero eso no significa que sea el patrón. La oración ideal es aquella donde la meditación en la palabra, y la necesidad espiritual despierta nuestros corazones por el Espíritu Santo.
¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore. ¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas.
Dios mío, te llamo con todas mis fuerzas; ¡respóndeme, sálvame! ¡Quiero cumplir tus mandamientos! Muy temprano me levanto para pedirte que me ayudes, pues confío en tu palabra. Me paso la noche en vela meditando en ella. Dios mío, tú eres todo amor, ¡escúchame! Eres todo justicia, ¡dame vida!
Jesucristo enseño a sus discípulos; a instancias de ellos un modelo de oración. A partir de mañana iremos haciendo un examen detallado de este modelo, con el fin de poder comprender a cabalidad, lo que si es la oración.
Bendiciones
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