Tu Sigueme

 


Una de las características de la Biblia, la cual la hace tan vivencial, es la cantidad de personas y tipos de carácter que podemos encontrar y con las cuales podríamos identificarnos, muchos de ellos prospectos improbables (que quizás si nosotros tuviésemos que escogerlos para alguna labor espiritual no tendríamos en cuenta), pero que para Dios son especiales y muy útiles.

Encontramos a un Jacob tramposo, a un Abraham mentiroso, a un David adultero y asesino, a un Moisés tartamudo, a un Jonás testarudo y rencoroso, a un Pedro temperamental e irascible, y quiero enfocarme en este último, pues es alguien con quien muchos podríamos identificarnos.

Durante los siguientes días vamos a hacer un recorrido sobre su vida y hechos, para descubrir como alguien tan particular (tan parecido a nosotros), fue usado de una gran manera por Dios, dándonos la confianza de que si lo hizo con él, lo puede hacer con nosotros.

En Pedro se ejemplifica las frases del apóstol Pablo en la carta a los Corintios (haciendo referencia al mismo en primer lugar, pero de igual forma envolviendo con esta afirmación a personas como Pedro, y porque no a nosotros también) 'En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo —lo que se considera como nada— y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante. ' (1 Corintios 1:27-28 NTV). Pedro, una persona tan voluble, se habría de convertir de la mano de Dios en un instrumento eficaz para la extensión del reino de Dios hasta nosotros.

En la frase que es el tema del Día, "Tú sígueme" vemos un llamado particular, esta frase se encuentra en el evangelio de Juan, capítulo 21, versículo 22, y aquí vemos un rasgo negativo de Pedro, celos y envidia. Él acababa de ser restaurado en su relación con Jesús, lo cual lo podemos ver en el mismo capítulo en los versículos del 15 al 19. Allí el Señor le encomienda una labor pastoral y le dice "Sígueme", pero Pedro, en vez de enfocarse en el llamado, fija su atención en Juan, el denominado discípulo muy amado, quien los sigue de cerca, y parafraseando un poco, Pedro le pregunta a Jesús, que cuál es el rollo con Juan que les está siguiendo, por lo que el Señor llama a orden a Pedro indicándole que lo importante es lo que se le ha encomendado, y no lo circunstancial que no afecta en nada su llamado.

Muchos perdemos el foco de lo que debemos hacer por estar más atentos a lo que pasa a nuestro alrededor, aquí vemos como Pedro se iba conflictuando con la presencia del otro discípulo olvidando la importancia del encargo y la necesidad de enfocarse en Jesús más que en cualquier otra cosa. Para consuelo nuestro y es por eso que tomo como ejemplo a Pedro, él asumió su responsabilidad, aun a costo de su propia vida, sabiendo que lo encargado por el Señor Jesús bien valía la pena.

Y es este el llamado que se nos hace, de igual forma, de tener con los ojos puestos en Jesús (Hebreos 12.1-3) siempre, y poniendo en práctica la amonestación del apóstol Pablo, de seguir adelante trabajando, olvidando lo que quedó atrás y esforzándose por alcanzar lo que está adelante. ' (Filipenses 3.13).

Pedro, un ser tan humano como nosotros, es en sí un modelo del obrar de Dios en el carácter, a fin de ver realizado el propósito con el cual hemos sido creados. Mañana veremos otro rasgo "muy humano" de Pedro y como Dios obro y obra de igual forma en cada uno de nosotros, pues es de aclarar que Dios obra es en aquellos que se disponen, que es quizás el rasgo más prominente de Pedro, ser un hombre dispuesto.


Bendiciones.


 

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