Algo Que Puedo Hacer Hoy: Decido ver mis límites con esperanza, con la mirada en el Cielo

Serie: El cielo es mi hogar

Título: Nuestra buena suerte comienza en el cielo

📖 Texto base: 2 Corintios 5:1

¿Cuánto valor le das a este cuerpo?

2 Corintios 5:1 dice:

> “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere,

tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.”

La enfermedad, el desgaste, el dolor físico o emocional

nos recuerdan que nada en este cuerpo es eterno.

Y muchas veces, cuando esos momentos llegan,

añoramos los días buenos, los días sin limitaciones, sin lágrimas.

Pero si lo pensamos bien, esos momentos de bienestar aquí,

aunque los disfrutamos, nunca fueron perfectos.

Nuestra plenitud no está en esta tierra…

está allá, donde ya no habrá más sufrimiento, ni quebranto, ni angustia.

Jesús fue claro:

> “En el mundo tendréis aflicción… pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Y esa victoria suya nos garantiza nuestra victoria,

porque nuestra victoria final es el cielo.

Lo que aquí parece debilidad es, en realidad, una señal:

no estamos hechos para este cuerpo…

sino para uno nuevo, eterno, glorificado.

Decía Héctor Lavoe en una canción que esperaba que le llegara su día de suerte antes de que la muerte lo alcanzara.

Pero lo cierto es que, para el creyente, nuestra verdadera “buena suerte” comienza después de la muerte,

cuando entremos en la eternidad con Cristo.

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✅ Acción del día 

Hoy elijo mirar mis limitaciones con esperanza, sabiendo que lo mejor no está aquí, sino en el cielo.

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❓ Preguntas de autoevaluación

1. ¿Qué me frustra de mis debilidades físicas o emocionales hoy?

2. ¿Estoy poniendo más confianza en lo visible que en lo eterno?

3. ¿Cómo puedo alimentar mi esperanza en el cielo en medio de mis luchas actuales?

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🙏 Oración

Señor,

a veces el dolor nubla mi visión.

Me frustro, me desanimo, me canso.

Pero hoy me recuerdas que este cuerpo no es el final,

que lo mejor está por venir.

Hazme esperar en Ti con esperanza firme

y vivir como quien sabe que su verdadera suerte comienza en tu presencia.

Amén.