Algo que puedo hacer hoy: Me acerco a Dios con confianza si...


 


Serie: El cielo es mi hogar
Título: Cristo: el único acceso al cielo
📖 Texto base: Hebreos 9:24–25


¿Quién te representa hoy en el cielo?

Hebreos 9:24–25 dice:

“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;
y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.”

El cielo no está cerrado, pero tampoco está abierto por defecto.
El acceso al cielo fue bloqueado por el pecado, y ninguna religión o esfuerzo humano puede restaurarlo. Pero Cristo lo hizo posible.

Jesús no entró en un templo físico; entró en el cielo mismo. Y lo hizo para presentarse por ti y por mí.
No como un símbolo, sino como nuestro representante real y eterno.
Él no ofreció una sangre ajena… Él ofreció la suya.

Y esta es la verdad espiritual ineludible:
Nadie accede al cielo sin haber sido presentado por Cristo.
No hay otro mediador. No hay otro camino.
Ni buenas obras, ni religión, ni tradición.
Solo Jesús. Solo su sangre. Solo su intercesión.

Para el creyente, esto es garantía y descanso:
No te estás acercando a un Dios que aún te evalúa, sino a un Padre que ya fue reconciliado contigo por medio de su Hijo.

Y para el que aún no cree:
Esta es la única puerta. Está abierta hoy. Pero tú decides si entras.


❓ Preguntas de autoevaluación

  1. ¿Estoy descansando en la obra de Cristo o sigo intentando “ganarme el cielo”?

  2. ¿He aceptado de corazón el sacrificio de Jesús como mi única entrada al cielo?

  3. Si ya lo he hecho, ¿cómo puedo vivir hoy en gratitud y testimonio?

  4. Si no lo he hecho, ¿qué me impide rendirme a Él hoy mismo?

🙏 Oración

Jesús,
gracias por abrirme el cielo.
Gracias por tu cruz, por tu sangre, por presentarte por mí.
Yo no podría llegar a Dios sin Ti. Tú eres el camino.
Si aún no te he recibido, hoy te reconozco como mi Salvador.
Y si ya te sigo, hoy me acerco al Padre con confianza,
porque sé que Tú intercedes por mí.
Amén.

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