Algo que puedo hacer hoy: Permanecer donde Dios me protege
Serie: Bajo su sombra: las demandas de Dios en el Salmo 91
Episodio 3 – Permanecer en fidelidad
Lectura bíblica:
“Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.” (Salmo 91:3-4, RVR1960)
Muchos recitan el Salmo 91 esperando protección automática. Pero la protección de Dios está ligada a una relación de obediencia y fidelidad. En estos versículos, el salmista resalta que Dios libra, cubre y protege a quienes permanecen en su verdad. Aquí encontramos la tercera demanda: vivir bajo la obediencia constante a Dios, no solo buscarlo en emergencias.
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El lazo del cazador: la trampa del enemigo
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El cazador prepara trampas ocultas para atrapar sin que la presa lo note. Así actúa Satanás: disfraza el pecado, endulza la tentación y disimula la consecuencia.
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Pablo advierte en 2 Corintios 2:11: “No ignoramos sus maquinaciones.”
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Jesús lo reafirma en Juan 10:10: “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir.”
👉 La fidelidad a Dios nos hace discernir esas trampas.
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La peste destructora: crisis visibles e invisibles
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En tiempos antiguos, la peste significaba enfermedad mortal, muchas veces invisible e inevitable. Hoy podemos entenderlo como plagas, pandemias o pruebas que amenazan nuestra paz.
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Dios no promete que no existirán, pero sí que Él es nuestro libertador.
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Salmo 34:19 confirma: “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.”
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Cubiertos bajo sus alas: la fidelidad como refugio
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La imagen es tierna y poderosa: como una gallina que cubre a sus polluelos bajo las alas (Mateo 23:37). Allí hay calor, protección e intimidad.
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Pero para estar bajo esas alas, el polluelo debe quedarse cerca de la madre, no alejarse. Así también el creyente debe permanecer cerca de Cristo.
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Juan 15:4-5: “Permaneced en mí, y yo en vosotros… separados de mí nada podéis hacer.”
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Escudo y adarga: la verdad de Dios como defensa
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El texto afirma que “su verdad es escudo y adarga”. Es decir, la fidelidad de Dios y nuestra fidelidad a Él son un muro protector.
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Efesios 6:16 nos habla del escudo de la fe que apaga los dardos de fuego del maligno. Pero ese escudo solo es efectivo si lo levantamos en obediencia.
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Proverbios 30:5 añade: “Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo a los que en él esperan.”
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Algo que puedes hacer Hoy
👉 Si eres creyente: Dios te llama a vivir en fidelidad diaria, no a correr a Él solo cuando la peste toca a tu puerta. La obediencia es tu mayor defensa contra el lazo del cazador.
👉 Si aun no has creído: No basta con citar promesas bíblicas sin relación con el Dios que las da. La verdadera seguridad solo se encuentra cuando rendimos nuestra vida a Cristo y permanecemos en Él.
Preguntas de autoevaluación
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¿Estoy permaneciendo bajo las alas de Dios o me alejo buscando refugio en otros lugares?
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¿Reconozco las trampas del enemigo o vivo ciego ante ellas?
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¿Qué decisiones debo tomar hoy para vivir en obediencia práctica y no solo en palabras?
Oración
“Padre, gracias porque tu fidelidad es mi escudo y mi protección. Ayúdame a permanecer bajo tus alas, sin apartarme de tu verdad. Dame discernimiento para reconocer las trampas del enemigo y firmeza para vivir en obediencia cada día. En el nombre de Jesús, amén.”
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